Desde que sigo al Nuevo Real Madrid de Mou, vi el mejor
primer tiempo (en su gran parte) , después de lo que se vio en la Final de Copa
de Rey 2011 conseguida por los madridistas. Fue un primer tiempo apabullante,
en el que bloqueo por completo al Barcelona. Pepe, Ramos, Marcelo y Coentrao
fueron una muralla inexpugnable para Iker que casi no toco pelota alguna aunque
si la del gol. El gol madridista a los 22 segundos fue desconcertante. Un grave
error de Valdés, aprovechado primero por Di María, sin suerte, luego por Özil,
también fallando, y finalmente, al caer en los pies de “Gato”, este definió
como solo el lo sabe hacer. El gol más temprano de un Clásico. El Madrid mando,
pero no aprovecho las situaciones para sentenciar el partido. Fue superior pero
le falto suerte para conseguir una temprana victoria. Pero todo lo que parecía un
mundo maravilloso para el Real, se derrumbo en el minuto 29´ con un golazo de
Alexis Sánchez, por que realmente fue un golazo. Desde este momento los ángeles
de Iker bajaron guardia y el Santo
comenzó a tomar protagonismo sin querer y no voluntariamente.
Se termino el primer tiempo con 1-1. Y llegó el segundo, con
un Bernabéu rendido a su equipo y a la
esperanza de que este lo ganara. No valió la pena soñar con ello, por que tras
la perdida de un balón llego el segundo de la noche y no concretamente para el
Madrid. Fue en el 52´ cuando Xavi ponía en 1-2 en el marcador, tras que Iker
fuera despistado con un rebote, primero, en Marcelo y luego en su palo derecho.
Aunque el sea nuestro Santo, no logro milagro alguno para salvar a su equipo
del segundo de Barça. Mou dio entrada a Khedira por Lass, y más tarde a Kaká
por Özil. Pero antes, más puntualmente en el 64´, CR7 tuvo el 2-2, pero como
humano que es, no pudo y acto seguido Fábregas hizo el 1-3. Una pesadilla se
había desatado en la cabeza de los jugadores madridistas. Tan solo verles la
caray darse cuenta lo que sufrían ellos por no hacer feliz a su gente, por
verles sufrir con su derrota. Por que sabían que lo tenían todo para darles una
alegría a la afición pero eso se les había escapado de sus manos. Y la suerte,
para mal nuestro, y bien del Barcelona, no nos acompañaba, por que Kaká pudo
acortar distancias en el 83´ pero, como es lógico, la portería no estaba vacía
y Valdés la paro con facilidad. Lo que quedo de partido, en si, fue dominio del
cuadro azulgrana y el pitillo final, del arbitro, dio por concluido una
noche que parecía, como había comenzado,
fantástica pero para mala fortuna fue una devastadora para un equipo que
encarrilaba 15 victorias seguidas. Una noche loca y sin suerte, para los de
Mou. Una noche que recordaran culés, y olvidaran madridistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario