miércoles, 14 de diciembre de 2011

Un gol a los 22 segundos no impidió la derrota de los blancos.


Desde que sigo al Nuevo Real Madrid de Mou, vi el mejor primer tiempo (en su gran parte) , después de lo que se vio en la Final de Copa de Rey 2011 conseguida por los madridistas. Fue un primer tiempo apabullante, en el que bloqueo por completo al Barcelona. Pepe, Ramos, Marcelo y Coentrao fueron una muralla inexpugnable para Iker que casi no toco pelota alguna aunque si la del gol. El gol madridista a los 22 segundos fue desconcertante. Un grave error de Valdés, aprovechado primero por Di María, sin suerte, luego por Özil, también fallando, y finalmente, al caer en los pies de “Gato”, este definió como solo el lo sabe hacer. El gol más temprano de un Clásico. El Madrid mando, pero no aprovecho las situaciones para sentenciar el partido. Fue superior pero le falto suerte para conseguir una temprana victoria. Pero todo lo que parecía un mundo maravilloso para el Real, se derrumbo en el minuto 29´ con un golazo de Alexis Sánchez, por que realmente fue un golazo. Desde este momento los ángeles de Iker  bajaron guardia y el Santo comenzó a tomar protagonismo sin querer y no voluntariamente.
Se termino el primer tiempo con 1-1. Y llegó el segundo, con un Bernabéu rendido a su equipo  y a la esperanza de que este lo ganara. No valió la pena soñar con ello, por que tras la perdida de un balón llego el segundo de la noche y no concretamente para el Madrid. Fue en el 52´ cuando Xavi ponía en 1-2 en el marcador, tras que Iker fuera despistado con un rebote, primero, en Marcelo y luego en su palo derecho. Aunque el sea nuestro Santo, no logro milagro alguno para salvar a su equipo del segundo de Barça. Mou dio entrada a Khedira por Lass, y más tarde a Kaká por Özil. Pero antes, más puntualmente en el 64´, CR7 tuvo el 2-2, pero como humano que es, no pudo y acto seguido Fábregas hizo el 1-3. Una pesadilla se había desatado en la cabeza de los jugadores madridistas. Tan solo verles la caray darse cuenta lo que sufrían ellos por no hacer feliz a su gente, por verles sufrir con su derrota. Por que sabían que lo tenían todo para darles una alegría a la afición pero eso se les había escapado de sus manos. Y la suerte, para mal nuestro, y bien del Barcelona, no nos acompañaba, por que Kaká pudo acortar distancias en el 83´ pero, como es lógico, la portería no estaba vacía y Valdés la paro con facilidad. Lo que quedo de partido, en si, fue dominio del cuadro azulgrana y el pitillo final, del arbitro, dio por concluido una noche  que parecía, como había comenzado, fantástica pero para mala fortuna fue una devastadora para un equipo que encarrilaba 15 victorias seguidas. Una noche loca y sin suerte, para los de Mou. Una noche que recordaran culés, y olvidaran madridistas.

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